«La IA no debe dar miedo, pero debe ponerse al servicio de la igualdad y de la justicia»

Nuestra compañera Miren Gutiérrez ofreció una conferencia magistral en un evento sobre inclusión, diversidad e igualdad en sistemas algorítmicos organizado por el Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad y ONCE.

La vicepresidenta primera del Gobierno de España Nadia Calviño clausuró el evento,  durante el que se abordaron los nuevos retos tecnológicos relacionados con la accesibilidad, la diversidad y la igualdad para las personas con discapacidad. El acto forma parte de los debates respecto a los conocidos como PERTE, concretamente el de Nueva Economía de la Lengua, dotado con 1.100 millones de euros de los fondos europeos ‘Next Generation’. Los PERTE (Proyectos Estratégicos para la Recuperación y Transformación Económica) son un instrumento de colaboración público-privada en los que colaboran las distintas administraciones públicas, empresas y centros de investigación.

Concretamente, Gutiérrez intervino en el panel obre igualdad de género, junto con Estrella Montolío, catedrática de Lengua Española en la Universidad de Barcelona y experta asesora en comunicación, quien también es miembro del Consejo Consultivo de la Alianza por la Nueva Economía de la Lengua. Las participantes en la correspondiente mesa redonda fueron la investigadora en Ética y Gobernanza de la Inteligencia Artificial (IA) en la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), Lucía Ortiz de Zárate; la historiadora económica española, especialista en economía feminista, Lina Gálvez Muñoz; y jefa de la Unidad de Mujer y Ciencia del Ministerio de Ciencia e Innovación, Zulema Altamirano.

A continuación, ofrecemos su discurso:

 

Buenos tardes y muchas gracias por la invitación.

En 2019, un informe de Philip Alston, relator especial de Naciones Unidas sobre derechos humanos y pobreza extrema, alertaba de que la tecnología digital y los modelos de negocio de las plataformas estaban perjudicando la relación entre el estado y las personas más vulnerables.

Cada vez más, los sistemas de protección y asistencia social están impulsados​​ por datos y tecnologías digitales que se utilizan para automatizar, predecir, identificar, vigilar, señalar y castigar. Sin duda, tienen un gran potencial, si se aplican bien. Pero Alston advertía (y cito sus palabras):

La digitalización de los sistemas de bienestar se ha utilizado para promover reducciones en los presupuestos de bienestar social, en el número de personas beneficiarias de estos presupuestos y en algunos servicios, así como para promover la introducción de formas de condicionalidad exigentes e intrusivas, la búsqueda de la modificación del comportamiento de las personas, la imposición de regímenes de sanciones más fuertes y una inversión de la noción de que el estado debe rendir cuentas al individuo.

Alston terminaba por sugerir que había que cambiar el rumbo de las aplicaciones de la inteligencia artificial a lo público de manera significativa para “evitar tropezar como un zombi en una distopía de bienestar digital”.

Han pasado tres años y, tras la COVID-19, nuestra dependencia de la automatización es todavía mayor, mientras aún existen diversos retos por resolver.

El lenguaje natural, como saben, es la rama de la inteligencia artificial dedicada a la mejora del desarrollo de traductores autónomos, buscadores, asistentes personales y sistemas de recomendación. Y muchas veces es el paso previo en el procesamiento de los datos de texto para hacer tareas de clasificación de documentos, análisis de sentimiento, etc. Sin embargo, sabemos que el procesamiento lenguaje natural y el aprendizaje automático desempeñan un papel importante en la formación de sesgos y estereotipos sociales.

Fijémonos, por ejemplo, en los sesgos algorítmicos de género. Dichos sesgos se pueden encontrar en diversas partes del procesamiento del lenguaje natural. Aunque los sistemas de procesamiento de lenguaje natural se han utilizado con éxito en diversas aplicaciones, estos pueden generar decisiones y predicciones sesgadas e incluso amplificar los sesgos presentes en los datos de entrenamiento.

Un sencillo ejemplo es la traducción por el algoritmo de Google translator de “zirujaua” del euskera a “el cirujano” en castellano, no existiendo en español el género neutro. Otros sesgos se pueden dar en la generación de subtítulos que incorrectamente predicen que la protagonista de una acción es un hombre solo porque está en un contexto de acción, conocimiento o poder. O los sistemas de reconocimiento de voz que funcionan mejor si la voz es grave. O el análisis de sentimiento que cataloga frases que contienen nombres femeninos como negativas con más frecuencia que oraciones que contienen nombres masculinos. O analogías como “hombre – mujer” “programador – ama de casa” generadas automáticamente por modelos entrenados en incrustaciones de palabras sesgadas.

Diversos estudios catalogan esto como estereotipación, falta de reconocimiento o de representación, y descrédito. Todos estos son casos reales estudiados en artículos científicos.

La propagación de sesgos de género por algoritmos de procesamiento de lenguaje natural genera, por tanto, el riesgo de reforzar estereotipos a través de su aplicación a soluciones en la vida real.

Aunque los hay, faltan estudios sobre otros tipos de sesgos. Pero imaginen cómo estos sesgos se pueden dar en el ámbito de la vulnerabilidad, la discapacidad, la precariedad, la invisibilización, el envejecimiento, la enfermedad y la racialización.

Las buenas noticias son que el estudio del sesgo en la inteligencia artificial no es nuevo. También existen modelos de inteligencia artificial que descubren automáticamente patrones ocultos en conjuntos de datos de lenguaje natural y captan regularidades lingüísticas que reflejan prejuicios humanos, como el racismo, el sexismo, el edadismo y el capacitismo. Pero las malas noticias son que los métodos para mitigar estos sesgos son relativamente incipientes.

No se puede negar que los sistemas automatizados nos brindan inmensas ventajas. Sin embargo, debemos ser conscientes de que estos sistemas pueden tener efectos negativos. Porque no es posible hablar de inteligencia artificial para todas y todos sin reconocer honestamente los obstáculos en el camino, y confrontarlos.

Desde los centros de investigación, es nuestro deber y responsabilidad social velar porque se ofrezcan las herramientas tanto desde el pensamiento crítico como instrumentales para poder entender y maximizar los sistemas automatizados.

El éxito de los sistemas automatizados depende también de que la gente pueda comprender y confiar en ellos. La falta de comprensión y confianza dará lugar a retrasos y conflictos dentro de la sociedad. Por lo tanto, es imperativo que nos esforcemos por crear sistemas automatizados justos y transparentes que beneficien a todas y a todos.

Existen instrumentos que son eficaces para ello. Uno es la aplicación del paradigma transparencia, participación y colaboración para asegurarse de que no se deja a nadie atrás. La transparencia en los procesos y en el código es solo un primer paso para asegurarse de que se genera confianza. Por ejemplo, si estos sistemas se pagan con dinero público, lógicamente sus códigos deberán ser públicos también. Si se aplican al trabajo, los y las trabajadoras deberán saber cómo funcionan. Y si se aplican a programas de asistencia, las personas asistidas deberán estar implicadas en su diseño. Por tanto, la participación y la colaboración son igualmente importantes para la cocreación de sistemas algorítmicos junto con la ciudadanía, sindicatos, universidades y organizaciones del tercer sector, además de las empresas.

Otro es la regulación. Hace falta una legislación de control que, sin desincentivar la innovación, proteja a las personas de posibles sesgos y errores algorítmicos. Europa está siendo pionera también en esto, ya que será la primera potencia mundial en tener su propia ley sobre Inteligencia Artificial. Como ha dicho Axel Voss, ponente alemán y responsable de llevar a cabo esta iniciativa, “la inteligencia artificial no debe darnos miedo, pero sí girar alrededor del ser humano”. Yo añadiría que debe ponerse al servicio de la igualdad y de la justicia. Esta noción es vital, porque la decisión automatizada no es una cuestión solo de privacidad, sino de derechos humanos.

Los proyectos estratégicos para la recuperación y transformación económica, y concretamente aquellos que se basan en tecnologías digitales de automatización, son una oportunidad para hacer las cosas bien. España será el primer país en contar con una Agencia Estatal de Supervisión de la Inteligencia Artificial, y la sociedad civil y los centros de investigación estamos muy interesadas en participar y colaborar en este proceso para evitar caer en distopías digitales.

Muchas gracias

Irene Pérez Tirado defiende primera tesis sobre resistencias antifeministas

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La comunidad ARES está de enhorabuena. Irene Pérez Tirado, investigadora del proyecto ARES, defendió el pasado 9 de septiembre su tesis doctoral sobre Feminismo, discurso mediático y percepción social. Resistencias ante la eclosión feminista de 2018-2019 en la CAPV. María Pilar Rodríguez Pérez, también investigadora del proyecto ARES, fue co-directora de este trabajo. 
Irene Pérez-Tirado (Universidad de Deusto).
La tesis no solo representa un hito en nuestro trabajo colectivo sino que también ofrece interesantes contribuciones al conocimiento sobre cómo actúan las resistencias antifeministas.
Entre los resultados de su disertación, se concluye que, en el período de mayor apoyo público al movimiento de mujeres en este siglo, se manifiesta también una fuerte reacción expresada a través de resistencias a los avances feministas. Asimismo, esta reacción aprovecha el discurso mediático para desacreditar y socavar el movimiento. Además, todavía se observa una ligera infrarrepresentación de las mujeres en la sección de opinión de los diarios, lo cual representa un sesgo y se manifiesta en diferencias al narrar la realidad. Por último, aunque el apoyo al movimiento feminista y su causa es considerable, todavía existen carencias en torno a su percepción.
Desde esta plataforma, damos la bienvenida a Irene Pérez Tirado la comunidad científica.
María Jesús Pando (Universidad de Deusto), Raquel Medina (Aston University), Irene Pérez-Tirado (Universidad de Deusto), Pilar Rodríguez (Universidad de Deusto), Javier Sánchez-Zapatero (Universidad de Salamanca) y Emma Sobremonte (Universidad de Deusto).

Congreso ARES en la Universidad de Deusto

Por Anne Rodríguez

A finales de junio de 2022 se celebró el segundo congreso del proyecto ARES. Tuvo una duración de dos días y se produjo en dos escenarios distintos, en la Universidad de Deusto y en el centro cultural Koldo Mitxelena, de Donostia-San Sebastián. En él, personas expertas en materia de feminismo, comunicación, activismo y violencia presentaron sus trabajos y participaron en debates en los que se compartió nuevos conocimientos acerca de las resistencias antifeministas.

Annabel Martín, profesora de la prestigiosa universidad estadounidense Dartmouth College, dio comienzo a la primera jornada con una conferencia titulada “Lo común desde el feminismo: Paradigmas económicos centrales, respuestas socioeducativas”.

Martín contrapuso el neoliberalismo a lo común. En sistema neoliberalista, lo individual se superpone a lo colectivo mediante la lógica del mercado e impone una especie de paz política derivada de la precariedad y del miedo. Martín explicó también cómo los esquemas de masificación de beneficios han entrado en las universidades. Es por eso por lo que resaltó la importancia de la educación para crear un pensamiento crítico que adopte una pedagogía feminista, ya que, como afirmó Martín, “los estudios de género siempre están en la vanguardia del cambio social”. Finalmente, como ejemplo de proyecto basado en lo común, presentó “En ruta con el común”, un archivo audiovisual de comunidades autogestionadas que sirven de inspiración anticapitalista.

A continuación, tuvo lugar un panel sobre “Resistencias antifeministas en contenidos digitales”, moderado por Begoña Sanz, profesora de la Universidad de Deusto. En esta sección, los profesores de la Universidad Politécnica de Valencia, Diego Álvarez y David Pardo respondieron a la pregunta de “¿Existen diferencias en la representación televisiva de políticas en los medios?”. Para ello, expusieron los resultados de un estudio sobre la representación de candidatas y candidatos de las pasadas elecciones en Madrid de 2021 en las noticias de canales televisivos estatales y privados para llegar a la conclusión de que la diferencia de representación no es elevada porque está muy pautada.

Seguidamente, Pavel Sidorenko-Bautista, profesor de la Universidad Internacional de La Rioja, expuso un estudio realizado en la plataforma TikTok sobre la representatividad de las mujeres que tratan temas políticos o se dedican a la política. Sidorenko-Bautista habló del tipo de elementos que determina el “éxito” del vídeo, la gran presencia de mujeres en la aplicación (muchas extremadamente sexualizadas) y que la plataforma no es un lugar cómodo para abordar temas políticos.

Adriana Calvo, doctoranda de la Universidad de Deusto, presentó su proyecto basado en entrevistas con mujeres en situación irregular “Sin señales: Mujeres migrantes en las movilizaciones feministas”. En él, esta investigadora concluye que el feminismo ha sido un movimiento “acogedor” para muchas mujeres migrantes, a pesar de que algunas se sintieron excluidas, y que se debe alzar la voz de aquellas que se encuentran en una situación administrativa irregular.

Otra presentación versó acerca de las resistencias antifeministas y las movilizaciones feministas, moderado por David Pardo. En él, Irene Pérez Tirado, Doctoranda de la Universidad de Deusto, presentó su tesis sobre el “Feminismo y discurso mediático: Resistencias ante la eclosión feminista de 2018”.

Más adelante, Mariluz Congosto, profesora de la Universidad Carlos III, junto con Cristina Ubani, experta en género del Gobierno Vasco, trataron la repercusión de las manifestaciones del 8M en las plataformas sociales.

Tras la jornada de conferencias, el centro cultural Koldo Mitxelena cedió un espacio para realizar un debate público moderado por Cristina Ubani en el que participaron la filósofa y profesora Alicia Miyares y la periodista Montserrat Boix, quien es Delegada de Igualdad, Diversidad e Inclusión de RTVE. Trataron de la cultura del antifeminismo como resistencia a la igualdad y las actuales controversias respecto a la teoría de género y sus aplicaciones en la legislación.

La segunda jornada del congreso de ARES dio comienzo con dos conferencias plenarias. En primer lugar, Montserrat Boix, debatiente la tarde anterior, expuso en una conferencia magistral las diferentes resistencias antifeministas que se pueden experimentar en las estructuras mediáticas. En su conferencia, Boix expuso los avances en la agenda de los derechos de las mujeres, con especial énfasis en el impacto de la pandemia. La conclusión de su intervención alentaba al análisis de las herramientas, la recuperación de las estrategias de lucha contra la violencia y el derecho a la información y la comunicación de las mujeres.

En una segunda conferencia magistral, María Lozano, experta en violencia de United Nations Office on Drugs and Crime, explicó las conexiones entre la radicalización en las plataformas y la violencia contra las mujeres. Para hablar de ello, trató sobre misoginia en Incels, la extrema derecha y movimientos yihadistas. Lozano destacó la correlación entre la misoginia, el antifeminismo y las ideologías extremistas violentas y explicó cómo la combinación entre la ideología y la táctica es lo que lleva a desenlaces violentos. Asimismo, destacó la misoginia como componente del terrorismo.

En el panel “Resistencias antifeministas, literatura y amor”, moderado por Miren Gutiérrez, profesora de la Universidad de Deusto, intervinieron Pilar Rodríguez junto con María Jesús Pando, y Begoña Sanz, profesoras de la Universidad de Deusto.  En “El coste de la política para las mujeres dirigentes: Misoginia, acoso y violencias”, Rodríguez y Pando analizaron el coste de la política para las mujeres dirigentes, el acoso y las violencias que sufren éstas. Para ello, abordaron diferentes redes sociales en el que se encuentran dichas resistencias y llegaron a una serie de conclusiones. Entre ellas, estas investigadoras confirmaron la existencia de una reacción antifeminista en lo público y destacaron que el discurso antifeminista va de la mano de la extrema derecha y la iglesia ultraconservadora. Por ello, animaron a ir más allá del partido Vox en España y prestar atención a formas de antifeminismo más sutiles. A continuación, Begoña Sanz, explicó las distintas estrategias discursivas empleadas en las resistencias a la movilización feminista. Sanz mostró un análisis que realizó a dos periódicos, El País y El Mundo, en el que observó que este segundo diario tenía una tendencia a desprestigiar a las agentes de cambio.

El último panel fue moderado por Pilar Rodríguez. La primera intervención la realizó la escritora Luisa Etxenike, quien compartió su ponencia titulada “El hogar el alma, el hogar el cuerpo: Mujeres, literatura y violencia”. En ella propuso el miedo como emoción conectora de todas las mujeres. Etxenike se valió de varias protagonistas de sus novelas para hablar de cómo las mujeres de diferentes culturas y clases experimentan distintas formas de miedo. Etxenike, dio importancia al “miedo político”, su relación con la democracia y lo limitante de categorizar a una mujer como víctima sin consentimiento.

La siguiente escritora en intervenir fue Alba Carballal, quién contó su experiencia como cómica y guionista en una esfera que ha sido dominada por hombres. A su vez, mostró cómo la frase de “¡Qué difícil es encontrar mujeres que escriban!” supone una violencia ya que transmite un mensaje en el que se da a entender que si una mujer es elegida como escritora se debe a su sexo y no a su valor profesional.

Finalmente, Miren Gutiérrez tuvo la última intervención del congreso. Expuso los distintos sesgos algorítmicos de género como resistencias a la igualdad y su impacto en la vida real mediante el siguiente círculo vicioso: la toma de decisiones algorítmica sesgada lleva a una discriminación en “la vida real” que a su vez crea datos sesgados que derivan en el sesgo del mundo digital, y así, de nuevo, esos datos alimentan la toma de decisiones algorítmicas sesgadas. Gutiérrez destacó que son hombres quienes ocupan los puestos de toma de decisión tanto en los desarrollos algorítmicos como en los medios, y eso contribuye a generar asimetrías. Por otro lado, Gutiérrez trató la peligrosidad de las burbujas ideológicas que crean los algoritmos de las plataformas y dio fin a su exposición con un repaso de posibles sesgos algorítmicos de género. Entre ellos, por ejemplo, aquellos que se derivan de datos históricos.

FINAL–

 

Mujeres, invisibles hasta cuando se habla de aborto: Un análisis de noticias sobre el derecho a decidir en Argentina

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Amaia Olalde[1]

Se esperaría que las voces de las mujeres, ya sea como escritoras o como fuentes de información, dominaran el debate acerca del aborto. Sin embargo, un estudio de 27 noticias publicadas en Argentina por los dos principales diarios –Clarín y La Nación— durante dos días de intenso debate por la Ley del Aborto (aprobada el 29 de diciembre de 2020) indica lo contrario.

De las 27 publicaciones analizadas, solo el 22,2% fueron escritas por mujeres periodistas mientras que el 37% de las noticias fueron escritas por hombres. El restante 40,8% no especifica la autoría. Entre las noticias escritas por mujeres, cinco de ellas (de seis) identifican a las mujeres fuentes de la información por nombre y apellido, mientras que los hombres aparecen mencionados con nombre y apellido en todas.

Asimismo, de total de 96 personas consultadas en dichas noticias, solo 27 fueron mujeres y 69 hombres; es decir, un 28,1% de las personas mencionadas eran mujeres y un 71,9%, hombres. Entre las personas mencionadas, 26 de las 27 mujeres fueron identificadas por nombre y apellido. En el caso de los hombres, 62 de ellos fueron identificados con nombre y apellido. Resulta relevante destacar que, en lo que respecta a las fuentes expertas, solo una de las siete personas mencionadas era mujer. Aunque la muestra es pequeña, significa que la cantidad de hombres expertos consultados fue del 85,72% de las menciones.

En cuanto al tipo de información, el 62,5% de los artículos de opinión con autor/a identificado/a fueron escritos por hombres. Asimismo, el 80% de los artículos contrarios al aborto estaban escritos por hombres y el 20%, por mujeres. Entre las noticias categorizadas como de política, el 20% fueron escritas por mujeres y el 80%, por hombres. En cuanto a los artículos de sociedad, el 66,6% de los artículos fueron firmados por mujeres mientras que el 33,3%, por hombres.

En 2022, el aborto sigue siendo uno de los campos de batalla políticos más controvertidos y disputados. Es ilegal que las mujeres interrumpan sus embarazos en cualquier circunstancia en 24 países y otros 37 restringen el acceso al aborto en cualquier caso excepto cuando la vida de la madre está en peligro. Mientras un documento filtrado indica que la Corte Suprema de EE. UU. está a punto de revocar el fallo histórico de 1973 en Roe v Wade, millones de mujeres estadounidenses se enfrentan a perder su acceso a abortos legales, uniéndose a millones más que viven en esos países que rechazan el derecho de la mujer a elegir. Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), los abortos inseguros matan a más de 47.000 mujeres cada año, y cinco millones son hospitalizadas por complicaciones como sangrado o infección. Los datos de la OMS también muestran que prohibir los abortos tiene poco o ningún efecto sobre las tasas de aborto en todo el mundo.

América Latina tiene algunas de las leyes antiaborto más restrictivas del mundo. El aborto es ilegal bajo cualquier circunstancia en El Salvador, Nicaragua y Honduras. Desde 1998, al menos 140 mujeres en El Salvador, donde el aborto se castiga con hasta 35 años de prisión, han sido acusadas en virtud de las leyes contra el aborto. Muchas de ellas habían sufrido un aborto espontáneo. En Brasil, bajo el presidente de extrema derecha Jair Bolsonaro, se ha restringido el acceso al aborto, solo legal en el país por violación, defectos fetales graves y salud de la mujer. En 2020, el país introdujo una nueva legislación que requiere que el personal médico informe a la policía sobre las sobrevivientes de violación que buscan el procedimiento. Pero otros han ampliado o aprobado el acceso al aborto legal. En febrero, Colombia despenalizó el aborto, mientras que Chile señaló que su nueva constitución podría consagrar un acceso más amplio al aborto. En 2020, Argentina legalizó el aborto en las primeras 14 semanas de embarazo. Uruguay aprobó una legislación similar, que permite abortos hasta la semana 12 de embarazo, en 2012.

Cómo se cuentan las historias de las mujeres es crucial, ya que los medios informativos tienen la capacidad de influir en el debate. Los porcentajes presentados confirman que, una vez más, las voces de las mujeres no se perciben como igual de relevantes que los hombres. Esto, a su vez, implica que el espacio que ocupan las mujeres en la esfera pública siga los patrones hegemónicos de la desigualdad de género. Si además, las voces de las mujeres quedan silenciadas en cuanto a derechos sobre sus cuerpos y sus vidas, se corre el riesgo del retroceder en los derechos conquistados.

[1] Este artículo es un resumen del Trabajo de Fin de Grado en Relaciones Internacionales “Credibilidad, género y relaciones de poder en los medios de comunicación periodísticos: Un análisis de 27 noticias sobre el aborto publicadas en Argentina en 2020”.

Paternidades y violencia en el País Vasco – Participación en congreso internacional

Pilar Rodríguez, María Jesús Pando, Cristina Ortiz y Annabel Martín, cuatro compañeras de ARES (en la fotografía), participaron en el Congreso Internacional sobre Violencia Política en Barcelona.

Pando y Rodríguez (Universidad de Deusto) presentaron una ponencia titulada «Paternidades y violencia en el País Vasco: trauma y restauración en Traidores  (Jon Viar, 2021) y Aves del paraíso  (Luisa Etxenike, 2019)». Martín (Dartmouth College), habló de «Desnaturalizando la crueldad: los documentales Zubiak (Sistiaga, 2019) y Traidores (Viar, 2021) y sus rutas para la convivencia«, y Ortiz Ceberio (UW – Green Bay), de «Ventilando La casa del padre: Karmele Jaio y las posibilidades renovadoras de la ficción».

El primer trabajo habla de cómo, marcados por la violencia y el sufrimiento, los modelos de paternidad que reflejan Aves del paraíso (Luisa Etxenike, 2019) y Traidores (Jon Viar, 2021) rechazan los patrones tradicionales de masculinidad hegemónica e ilustran las maneras en las que la sociedad vasca actual adopta nuevas formas de masculinidad y paternidad.

En ambos trabajos, la figura del padre vasco se vincula a un contexto afectivo en el que la violencia política y terrorista está inextricablemente ligada a la vida familiar. El trauma provocado en el padre por la pertenencia a ETA del hijo en Aves del paraíso y en Traidores en el hijo por la del padre se relata a través de manifestaciones físicas, psicológicas y afectivas que marcan la vida de los protagonistas.

La ficción en el caso de la novela y el documental en la película sirven como marco de unas obras que reivindican el poder de la reflexión, de la memoria y de la articulación del dolor como herramientas para la restauración personal y colectiva.

Una discusión importante sobre la resistencia antifeminista

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Miren Gutiérrez expone la visión del proyecto ARES sobre las resistencias antifeministas en Euskonews, la revista online de ciencia y cultura vasca.

«Nuestro proyecto examina las reacciones negativas al progreso feminista, con ello queremos crear herramientas que combatan la discriminación. Analizamos específicamente el contenido digital (por ejemplo, Twitter, videos musicales, noticias o comerciales) e investigamos cómo se estructura y difunde la resistencias antifeministas».

http://https://www.euskonews.eus/zbk/772/erresistentzia-antifeministei-buruzko-eztabaida-garrantzitsua/ar-0772001002E/#

ARES Analysing Antifeminist Resistances – Informe de actividad 2021

Os compartimos nuestra actividad. Empezamos el proyecto el 1 de septiembre de 2021. En estos cuatro meses, estas son las actividades que hemos realizado.

Tomada en las jornadas de octubre de 2021
  • Primer Semanario del equipo ARES. 27-28 octubre, Donostia. Presentamos cada grupo de trabajo, detallamos los objetivos generales del programa de investigación ARES, establecimos un cronograma de trabajo y ofrecimos feedback. Concretamente (de forma resumida):
    • Se presentaron y conformaron los tres equipos de trabajo alrededor de los ejes temáticos:
      • Pseudofeminismo en publicidad (e.g., falso femvertising): Pilar Rodriguez, María Jesús Pando
      • Invisibilización en noticias y opinión (e.g., silenciamiento de las mujeres): Diego Alvarez, David Pardo, Alejandro Gonzalez, Cristina Ubani, Miren Gutierrez, Irene Perez Tirado
      • Neosexismo y violencia en plataformas (e.g., discursos violentos antifeministas en las plataformas como reacción al feminismo): Mariluz Congosto, María Jesús Pando, Cristina Ubani
    • Se decidieron los dos monográficos del programa: Uno en Feminismo(s) (ver abajo) y otro en Arbor (presentado, TBC). Esta propuesta a Arbor incorpora otras autoras, además de las anteriores, incluidas Begoña Sanz y Adriana Calvo. La propuesta de Arbor: Este monográfico se enmarca en diferentes momentos del movimiento feminista en España para observar cómo funcionan las resistencias al feminismo y la igualdad. Los artículos reunidos en entre monográfico se preguntan: ¿Quiénes están detrás de estas resistencias antifeministas? ¿Qué estrategias discursivas utilizan? ¿Cómo han influido en la aparente retirada de apoyos generalizados al movimiento feminista español y su supuesta división? ¿Pueden las resistencias antifeministas a las que se enfrenta toda movilización feminista explicar la situación? ¿Fueron el 8M de 2018 y 2019 un espejismo? ¿Cómo es el movimiento feminista español hoy, después de este tour de force? ¿Qué resistencias antifeministas ha destapado la pandemia de COVID-19?
  • Taller sobre el monográfico “Monograph: Women, data, and power – Insights into the platform economy” en la revista Feminismo(s) https://feminismos.ua.es/ (World of Science). 29 octubre, Donostia. Presentamos los artículos en los que estamos trabajando, revisamos las instrucciones y deadlines, y ofrecimos feedback sobre lo que plantea cada grupo de trabajo.
    • Las propuestas exploran la influencia de los datos y los algoritmos en la vida de las mujeres y viceversa, la influencia de las mujeres y las perspectivas feministas sobre los datos y los algoritmos. Los espacios que exploran estos artículos van desde la universidad, donde las futuras profesionales de la comunicación se forman para trabajar en la economía de plataformas, hasta la difusión de contenidos digitales y las teorizaciones que surgen de las disciplinas de la ciencia de datos, estudios críticos de datos, comunicación, estudios de medios y estudios de sociedad y tecnología. En concreto, abordan el encuadre visual de las mujeres políticas en los informativos televisivos (Álvarez, González & Pardo); el lenguaje del sexismo en videos musicales plataformizados (Gutiérrez & Ubani); lo que aportan los datos a la transformación feminista (López Belloso & Sanz Urquijo); por qué la ciencia de datos necesita feministas (Brussa); qué teoría(s) feminista(s) de datificación emergen del activismo de datos contemporáneo (Milán); y las diferencias de género en la ansiedad matemática encontradas en estudiantes de Comunicación (Berasategi).
    • Fecha de entrega de artículos en la revista: 1 de abril de 2022; revisiones hasta 1 de junio de 2022.
  • Creación del logo y de la página web del proyecto. Diseño, definición de la estructura de la web y generación de contenidos iniciales (e.g., blog, podcast). Se lanza el primer mes de 2022.
  • Organización de la Junta Asesora y elección de la presidenta, Annabel Martin, Associate Professor of Spanish, Comparative Literature, and Women’s, Gender, and Sexualities Studies de la Universidad de Dartmouth. Directora fundadora del Gender Research Institute at Dartmouth (GRID).
  • Grabación de los tres primeros capítulos del podcast. Se lanza el primer episodio en febrero de 2022.

La relación de gastos es la siguiente:

Gastos
Viajes, organización de dos seminarios, comidas, soporte, comunicación (días 27-29 Oct 2021)2275,22
Logo y sitio web (desarrollo, diseño y puesta en marcha)2880,72
Total 20215155,94

 

Proyecto financiado por la Agencia Estatal de Investigación.

Cristina Ubani: «El feminismo ha sido una palabra maldita»

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Asier Leoz y Miren Gutiérrez invitan en este episodio a Cristina Ubani, licenciada en Historia por la Universidad de Deusto y con un postgrado en igualdad. Ubani trabaja en proyectos en dos áreas: cooperación al desarrollo, por un lado, y deporte por otro, ambas desde la perspectiva de género. Cristina Ubani ha diseñado y gestionado numerosos proyectos y trabajado con decenas de mujeres. Además, también es autora de estudios científicos acerca de la situación de las mujeres y las resistencias al feminismo.

 

ENTREVISTA CON… Cristina Ubani

Miren Gutiérrez y Asier Leoz[1]

Cristina Ubani es licenciada en Historia por la Universidad de Deusto y tiene un postgrado en igualdad. Trabaja en proyectos en dos áreas: cooperación al desarrollo, por un lado, y deporte por otro, ambas desde la perspectiva de género. Cristina Ubani ha diseñado y gestionado numerosos proyectos y trabajado con decenas de mujeres. Además, también es autora de estudios científicos acerca de la situación de las mujeres y las resistencias al feminismo. Podéis escuchar esta entrevista en nuestro ARES Podcast.

Fuente: https://www.mujereseneldeporte.com/2018/11/mujer-y-deporte-el-espejismo-de-la-igualdad-por-cristina-ubani/

ARES: ¿De qué hablamos cuando hablamos de feminismo?

Hay que tener claro de qué hablamos cuando hablamos de feminismo, y voy a decir todo el rato feminismo porque ha sido una palabra maldita y tenemos que luchar contra el estigma, que es una de las principales resistencias a la igualdad. Cuando hablamos de mujeres no hablamos de una minoría, las mujeres somos, como mínimo, la mitad, un 50% de la población que vive desde hace siglos en una sociedad estructuralmente desigual respecto al otro 50 %. Pues este 50% ya desde hace más de dos siglos empezó a decir que no nos resignamos a ser invisibles y absolutamente ninguneadas. De esa reflexión sobre la sociedad surge el feminismo como movimiento político igualitario.

ARES: ¿Cómo explicas el éxito de ediciones pasadas de las movilizaciones del 8M en ocasión del Día Internacional de la Mujer?

Hay un momento, en el 2018 de explosión que viene de la mano, entre otros, del #MeToo (#Cuéntalo). El movimiento viene a decir “estamos hartas de que no nos creáis”, porque el crédito en esta sociedad se le da al hombre. Aquí vivimos además un momento muy duro como el cuestionamiento judicial al que se sometió a la víctima de “la Manada” (2016-2019). Siempre se culpabiliza a la víctima, no al agresor. La palabra de la mujer no tiene tanto crédito como la del hombre. Contra esa falta de crédito se explota.

ARES: Sin embargo, se acerca el próximo 8M y parece que no concita tanto entusiasmo como hace cuatro años, por distintas razones, además de la pandemia de COVID-19. ¿Dirías que es el consenso y la capacidad de convocatoria que el movimiento feminista suscita ha ido dando paso a cierta división?

Es que el feminismo es eso. El debate en el feminismo es inherente a este. No somos un partido político, no tenemos lideresas que nos indiquen por dónde tenemos que ir, sino que existe una confrontación siempre, que se solventa con un acuerdo plasmado en una agenda de reivindicaciones y esa agenda es la que se cumple. Cuando entraron en política las mujeres hubo un debate. Había mujeres que decían: “no entremos en política porque es una estructura patriarcal, cosa de hombres”, y hubo una controversia importante, que se solucionó. Ha habido controversias en el movimiento feminista a lo largo de toda la historia. Lo que pasa es que ahora mismo, lo que estamos viendo, es que hay ataques al feminismo que vienen desde sitios muy inesperados y que no son feministas. Lo que existe es una apropiación del término “feminismo” por parte de colectivos o intereses que no lo son, y eso es lo que de ninguna manera se va a consentir. Entonces, claro, surgen voces críticas.

Existe una construcción social desigual que pone al hombre en el centro y como medida de las cosas.

ARES: Tú hablas mucho de género, ¿qué es y qué tiene que ver con este asunto?

Pues precisamente esto se refiere a que el feminismo es abolicionista históricamente. ¿Qué significa abolicionista? Que lucha por eliminar de la sociedad una serie de trabas a la igualdad, incluido el género, que son las que nos impone la sociedad a las mujeres por razón de nuestro sexo y que incluye lo que llamamos estereotipos.

Existe una construcción social desigual que pone al hombre en el centro y como medida de las cosas. Por poner un ejemplo muy simple. Si pregunto cómo cursa un infarto de miocardio, la respuesta general es que cursa con un fuerte dolor en el pecho que irradia hacia el brazo izquierdo. Sin embargo, en las mujeres el patrón de dolor es más difuso y no tan agudo, y se puede sentir en la zona del estómago. Conocemos los síntomas del infarto en los hombres. Entonces, ¿qué ocurre? Que las mujeres morimos más de infarto de miocardio[2]. ¿Por qué? Porque no nos alarmamos por un dolor de estómago. Sin embargo, cualquiera que tenga una opresión en el pecho corre a urgencias. Por eso es importante hacer estudios diferenciados por sexo y diferenciarlo del género

El sexo es una cuestión biológica, mientras que el género es una construcción social. Es decir, lo que la sociedad te dice que tienes que hacer, como tienes que actuar para ser femenina, una correcta mujer, un correcto hombre. Eso hace que, si digo que una mujer es líder o que un hombre es sensible, se levanten cabezas. O sea, hay una reconducción siempre hacia esos dos cajones que ha creado la sociedad: uno es el de las características que debe tener un hombre: “la masculinidad” y el otro el de las que debe tener una mujer:” la feminidad”. Estas imposiciones sociales basadas en el sexo, los estereotipos, son lo que llamamos género y eso es lo que el feminismo quiere eliminar, para que no nos pongan etiquetas y la gente sea como quiera.

No tenemos carnés de feminista. Pero el feminismo no es algo que se me haya ocurrido a mí, ni que se le ocurra a una mujer por el hecho de serlo, sino que es el cuerpo filosófico, jurídico, teórico, antropológico y sociológico más importante seguramente del siglo XX.

ARES: ¿Y cómo enfrenta el feminismo este asunto?

Somos abolicionistas del género, pero también somos abolicionistas de la prostitución, somos abolicionistas de los vientres de alquiler, que son formas de explotación de los cuerpos de las mujeres y que esconden formas de violencia machista. Hay ciertas cosas que el feminismo no tolera. Y entre ellas, la más grave, es la violencia machista. Esta es la agenda abolicionista que defiende el feminismo.

Hay gente que defiende otras cuestiones que no son esa agenda feminista, son otra cosa. Perfecto. Tienen todo el derecho a defenderlas, pero no las llamemos feminismo. Si me preguntan si reparto carnés de feminista, digo, no tenemos carnés de feminista. Pero el feminismo no es algo que se me haya ocurrido a mí, ni que se le ocurra a una mujer por el hecho de serlo, sino que es el cuerpo filosófico, jurídico, teórico, antropológico y sociológico más importante seguramente del siglo XX y del XXI. Los sistemas democráticos existen gracias al feminismo, porque la democracia tiene que ser igualdad o no puede serlo.

La gran aportación del feminismo es ésta: la revolucionaria idea de que las mujeres somos seres humanos. Y la democracia se ha construido gracias al movimiento feminista. Pero el movimiento feminista tiene origen, tiene agenda y tiene genealogía. ¿Qué quiero decir con esto? Hay una frase que me encanta decir que es que yo estoy aquí porque formo parte de una cadena de maravillosas mujeres que me han traído a hombros hasta donde estoy. Venimos a hombros de gigantas y nunca se me debe olvidar que mi suelo, los derechos, las cosas que yo tengo, fue su techo y que gracias a esas mujeres que hicieron avances extraordinarios estamos donde estamos. El feminismo no es una ocurrencia, ni todas las cosas.

ARES: Aquí el lenguaje tiene una importancia fundamental ¿no?

Claro, el lenguaje es vital. Por eso hay una lucha muy importante sobre cómo llamar, como nombrar a las cosas. El lenguaje inclusivo que a la RAE (Real Academia Española) y amucha gente molesta es nuestra aportación para que el lenguaje se adapte a los tiempos y se diga con naturalidad “jueza” y no se asuma que, cuando se habla en masculino, nos incluyen. No es lo mismo estar como una vaca que como un toro, ni ser un zorro, que una zorra…y esto debería cambiarse.

También es importante en el uso del lenguaje la precisión. No se puede consentir que ahora todo sea feminista, la usurpación de la palabra “feminista” y su uso como cajón de sastre para vaciarla de contenido y llenarla de otras cosas. Frente a esto el movimiento feminista, con todas las herramientas teóricas que tenemos, nos revolvemos. ¿Y qué pasa? Reivindicamos lo que es feminismo y lo que no es, porque las resistencias antifeministas están en todas partes.

ARES: ¿Por qué crees que es tan necesaria la defensa de las palabras?

La realidad es que hay discursos que son muy manipuladores con el lenguaje pero que calan. Si yo ahora te digo que soy vegetariana, pero que abogo por que se pueda comer carne, por lo menos jamón, alguien me podrá decir que no soy vegetariana. Lo que no se debe admitir es que se diga que cada cual puede definir lo que es ser vegetariana. Esto no se comprendería en ninguna otra área, salvo en el feminismo. Porque, como siempre, las mujeres tenemos que ser buenas, inclusivas y comprensivas y ocuparnos de todo. Lo que quiero decir es que cada generación no puede pretender inventar el feminismo, empezar de nuevo. Hay que estudiar un poco, hay que enterarse de qué se ha logrado y sobre la base de qué conocimiento, debates pasados y experiencias que elabora esa agenda. Las propuestas hechas por mujeres no son todas feministas.

ARES: Entonces otras luchas por la igualdad no cabrían en el feminismo por tratarse de otro tipo de igualdades. Estaba acordándome de una feminista, Sylvia Borren, líder de Greenpeace Holanda, que se quejaba de que el movimiento feminista no se había alineado bien en las cuestiones de ecologismo…

El movimiento feminista ha estado apoyando sin ninguna duda los movimientos más importantes del siglo XX como la lucha por los derechos civiles y la ecología. Las desigualdades y el medioambiente son las dos grandes cuestiones de este siglo: el respeto a la tierra y los derechos de las mujeres. Yo creo que son las dos grandes batallas que nos quedan por dar y las dos están costando vidas. Lo que lo que tenemos que decidir es quién se pone en primera línea de la pancarta y quién acompaña y apoya detrás de ella. La lucha por la igualdad está liderada por el feminismo, y el ecologismo debe apoyarla, y al contrario, el feminismo está plenamente comprometido con el respeto al medio ambiente.

Respecto al ecologismo no hay fractura; no hay prácticamente mujer que no sepa que el acceso a los recursos es fundamental. Estamos hablando de cosas sustanciales que tienen que ver con el acceso de las mujeres al poder, que va desde los recursos, los medios económicos y también el derecho a tener una ideología propia y a ejercer opiniones políticas. Pero cada uno en su lugar. Si no, las luchas se difuminan y se pierden.

Se ha llegado a decir cosas de tal calibre como que el #MeToo era una cosa de mujeres blancas burguesas. Está dicho con mala intención.

ARES: ¿Por qué es esto importante?

Estas son cuestiones fundamentales para las mujeres:  no llegamos a tener el 1% de la de la propiedad de la tierra, y repito, somos el 50 por ciento de la población. Entonces, ¿cómo no va a ser la lucha ecológica una cuestión radicalmente feminista? De ahí surge el movimiento que ecofeminista, que es la unión de esos dos mundos. Lo que no podemos decir es que el feminismo tiene que hacerse cargo de la ecología, como la ecología no se tiene que hacer cargo del feminismo. Es que a nadie se le ocurre decir a los y las ecologistas: “Oiga, ¿y dónde está usted en el asunto de los derechos de las mujeres?” No se nos ocurre porque entendemos que cada reivindicación tiene su origen y sus principios que exceden otros movimientos.

Se ha llegado a decir cosas de tal calibre como que el #MeToo era una cosa de mujeres blancas burguesas. Está dicho con mala intención, porque no es verdad. Basta ver las fotos de las impulsoras y de las manifestaciones para desmontar absolutamente esto. Pero volvemos a las resistencias al feminismo. Cuando se produce un avance del movimiento feminista, hay un ataque y un retroceso brutal a los derechos de las mujeres y este es otro problema interesante, que llega un momento que queremos que no haya posibilidad de vuelta atrás para los derechos los vamos conquistando.

ARES: ¿Y para lograr esto qué hay que hacer?

No cejar. Defender la agenda feminista es cansado porque generalmente te va todo en contra, porque cuando haces algo bien siempre viene la ola que te intenta tapar diciendo: “Sí, bueno, pero en realidad sois unas burguesa” o “muy bien todo, pero no sois ecologistas” o “Habláis mucho de no sé qué, pero no os hacéis cargo de las mujeres afganas” o “donde estabais las feministas cuando…”. El movimiento feminista, si es algo, es internacional y comunitario. Es decir, aboga por la igualdad de todas en todas partes. No aceptamos esos que te dicen “Estáis imponiendo los derechos de las mujeres, estás haciendo imperialismo. Es su cultura. ¿Quién eres tú para cuestionarla” Yo contesto: “Bueno, pues mire, los derechos de una mujer a no ser vendida, comprada, violada o a ejercer la patria potestad sobre sus hijos o hijas, a heredar, estudiar,  ser gestora de su vida y de su cuerpo la quiero yo para mí y para cualquier mujer de esta Tierra” Se nos acusa de elitismo injustamente, porque es que además no es verdad.

ARES: Aparte de ser una experta en cuestiones de género, tú haces mucha divulgación. ¿A qué te refieres cuando dices: “No, si yo ya te entiendo”?

Es verdad que lo digo mucho y tiene varias interpretaciones. Muchas veces lo que trato de que hacer es aceptar el debate. El debate civilizado es algo cada vez más raro. Rápidamente te colocan una etiqueta que impide el debate. Últimamente la palabra “fobia”. Si intentas hablar sobre el uso del hiyab ya te dicen eres “islamófoba”. Intentas hablar sobre la prostitución, ya eres “putófoba”. Si criticas la ley trans eres “tránsfoba”. Yo lo que reivindico con decir “sí ya lo entiendo” es que cuando hay un argumento enfrente, yo quiero entender ese argumento. Pero esto no quiere decir que lo comparta. De hecho muchas veces lo combato. Pero me niego a que, en cualquier debate, se pongan inmediatamente etiquetas que lo impidan.

Lo digo también cuando un hombre me dice, por ejemplo, que está en contra de las cuotas. Claro que lo entiendo. Tienen una posición ventajosa, consciente o inconscientemente, y claro, está en contra de perderla porque las cuotas abren espacios a las mujeres. Soy capaz de entenderlo, pero no lo comparto. También creo que tiene que ver con la capacidad de empatizar, pese a que en muchos casos no es posible. Es una actitud. Porque comprendo que el discurso del feminismo no es cómodo de escuchar.

Con mis compañeras nos reímos mucho cuando hablamos de nuestras experiencias en charlas y reuniones. Hemos hablado de llevar cartelitos a cualquier reunión o debate público. “Eso ya lo he dicho yo antes”, “No me interrumpas” o “Eso no es para nada lo que he dicho”. Porque está comprobado que los hombres, en los debates públicos, nos quitan la palabra, nos interrumpen, nos glosan, repiten lo que dijimos como si lo hubieran descubierto ellos. También nos cansa eso de: “lo que tenéis que hacer las feministas es puntos suspensivos”. Los hombres nos cuentan muchas cosas y nos corrigen otras cosas. Lo que “habéis hecho mal es…”, “si hubierais hecho …”.

ARES: ¿Y cómo reacciona la gente cuando dices estas cosas?

Lamentablemente los hombres no se sienten concernidos en los debates sobre la igualdad. Es decir, tú hablas de igualdad y el 95% del público son mujeres. El principio de la igualdad de los sexos es el principio constitucional de mayor envergadura. Pero parece que los hombres, en general, no sienten que es un tema de construcción de una sociedad más justa, sino que es “esa cosa que concierne a las mujeres”

Para ver esta ocupación diferencial es interesante analizar un patio de un colegio, sacar fotos en el recreo y poner una cruz donde están los chicos, un círculo donde están las chicas.

ARES: ¿Puedes poner ejemplos de cómo es esto importante?

Yo soy de Irún y participo en el alarde público, el mixto, claro (hay uno privado en el que no podemos participar excepto como cantinera). Se pasan la vida explicándonos lo que hemos hecho mal al querer participar en las fiestas de mi ciudad. Fíjate tú que problemón. Pero no se trata solo de las fiestas sino de la ocupación de las mujeres del espacio público, siempre vetado.

Y para ver esta ocupación diferencial es interesante analizar un patio de un colegio, sacar fotos en el recreo y poner una cruz donde están los chicos, un círculo donde están las chicas. Rápidamente verás cómo la ocupación del espacio es algo que se aprende desde la infancia. Los chicos, generalmente, están en el centro, ocupan más espacio y son activos (en general jugando al fútbol), mientras que las chicas están en los márgenes, ocupando menos espacio, charlando, jugando en esquinas. Afortunadamente ya no ocurre en todos los colegios, entre otras cosas porque el movimiento feminista lo ha analizado y ha hecho propuestas para corregirlo.

Me gustaría, volviendo al tema de las cuotas, que se piense: si somos el 50% de la población y el 58 % de las universitarias, ¿por qué no llegamos al 20% de los puestos de gestión de poder? No hace falta saber mucha matemática para deducir que hay un 30 % de hombres que están ahí porque sí, porque son hombres.

ARES: Es que hay una cuota masculina de facto

Eso es evidente.

ARES: Luego les preguntas a los hombres si están a favor de las cuotas, y te dicen que no…

Exacto, “que esté el que valga” dicen, pero en la realidad casi siempre es un hombre. Y a veces piensas respecto al que lo dice: “ya, el que valga, pero es que estás tú”. Si viviéramos en una meritocracia, por norma general y como somos la mitad, debería haber un reparto equitativo de poder casi de forma natural. Pero como no estamos en una meritocracia, esto no ocurre. En sistemas ciegos y meritocráticos, como las oposiciones públicas, qué curioso, sí ocurre. Negar esto es también una forma de resistencia al feminismo.

ARES: La violencia machista es otra cara de la desigualdad, ¿puedes hablar de eso?

El año 2021 terminó con al menos 43 mujeres asesinadas a manos de hombres. Mujeres asesinadas porque se les considera una posesión. ¿Por qué se viola a mujeres? Porque hay hombres que se cree con derecho al acceso al cuerpo de una mujer. ¿Por qué hay esta desigualdad? La cosificación y la sexualización están siempre en la base de la violencia machista.

Esta sociedad ha permitido durante mucho tiempo que los hombres opinen libremente sobre la mujer: sobre su aspecto, sobre todo: cómo va vestida o cómo se ve. Si alguien te piropea por la calle y lo reprochas eres una amargada.  A mí, si mi pareja o mis amigas y amigos me lo dicen se lo agradezco; pero alguien que no conozco no tiene derecho a opinar sobre mí. ¿Quién te preguntó?

Para detectar una actitud sexista lo mejor es hacer la prueba de darle la vuelta. ¿Qué pasaría si en la presentación de los nuevos ministros se hablara de la marca de ropa que llevan?

ARES: ¿Nos puedes contar un poco de tu trabajo como investigadora? ¿En qué proyectos estás trabajando?

Ahora estamos trabajando en analizar contenidos audiovisuales. En concreto analizando videoclips musicales. Determinando si existen unos empoderantes o al menos que no trataran a la mujer como un objeto sexualizado (por ejemplo, enseñando las tetas y moviendo el culo y arrastrándose). Porque parece que las mujeres reptamos por el suelo y nos autotocamos continuamente. Y el efecto que unos y otros tienen sobre hombres y mujeres. Y ha sido super difícil encontrar videos no sexistas.

Tenemos que plantearnos por qué tenemos una publicidad que muestra una señora semidesnuda subida encima de una mesa como si fuera parte del menú para vender ropa. Y estamos hablando de ayer, no del siglo XVI.

Hoy salía una noticia que ha conmovido a Estados Unidos. Se trataba de un matrimonio joven; la mujer se ha dedicado a subir fotos de su luna de miel en Instagram. Mientras la realidad era que su marido la maltrataba hasta que la mató. ¿Cuál fue el titular de la prensa? El titular: la luna de miel truncada.

ARES: ¿Y por qué crees que seguimos así?

Yo creo que estamos tan acostumbradas a la cosificación y sexualización, base de la violencia, que se han normalizado y ya no la percibimos como tal. Vivimos espejismos de realidad, el mito de la libre elección. Hoy salía una noticia que ha conmovido a Estados Unidos. Se trataba de un matrimonio joven; la mujer se ha dedicado a subir fotos de su luna de miel, fotos maravillosas, en Instagram. Mientras la realidad era que su marido la maltrataba hasta que la mató. ¿Cuál fue el titular de la prensa? El titular: la luna de miel truncada, o algo similar. Volvemos a lo que se decía en otras épocas, el crimen pasional. ¿Pero qué es eso del crimen pasional? Esto va de un tío que cree que tiene derecho a que su forma de ver la vida y sus deseos se impongan a los de una mujer. Y en este mundo, los medios de comunicación, los tribunales, les dan la razón. Es muy difícil en estas circunstancias que la sociedad reaccione de forma contraria si un juez sigue emitiendo sentencias como la de La Manada, que decía que veía “jolgorio y disfrute” en la violación. Ahora que “El Prenda” (José Ángel Prenda, uno de los violadores) ha reconocido que, efectivamente, fue una violación, estamos esperando a que los que acusaron y se mofaron y no creyeron a la víctima digan “nos equivocamos”. Con las mujeres esto no pasa porque para muchos, no importamos.

ARES: ¿Y qué me dices de eso de que “si no se puede bailar, tu revolución no me interesa”?

Por una parte, en el feminismo el sentido del humor es obligado, porque o planteas el humor y la alegría como estrategia general o la situación se hace cuesta arriba. Pero creo que hay un límite, sobre todo en temas nada propicios para el baile como los asesinatos machistas o lo abusos de infantiles. Si todo es espectáculo se puede tender a una banalización terrible.

Por otro lado, no hay nada más liberador y divertido que juntarte cuatro feministas y empezar a analizar la realidad.

[1] Basada en extractos de una entrevista para Deusto Irratia-ARES Podcast

[2] Un estudio liderado por el Servicio de Cardiología del Hospital Universitario Vall d’Hebron revela que la mortalidad registrada en los hospitales de mujeres que sufren un infarto agudo de miocardio es el doble que la de los hombres. ‘“Las mujeres aguantan mucho el dolor, minimizan los síntomas y tienen en mente la obligación de terminar las tareas que están haciendo», una situación que alarga el tiempo y que propicia que cuando acuden a los centros sanitarios, ya presentan un infarto extenso y con complicaciones.’

TERMINA—

Representing Violence: Female Basque Writers in the 21st Century

Nuestras compañeras Cristina Ortiz-Ceberio (University of Wisconsin, Green Bay) y Pilar Rodríguez (University of Deusto) presentan un trabajo de investigación sobre narrativas la experiencia de la violencia en el País Vasco desde una perspectiva de género en la prestigiosa universidad de Dartmouth.

Las obras artísticas se convierten en formas de expresión privilegiadas, ya que son capaces de recrear los aspectos más personales del dolor y el trauma en su descripción de los hechos históricos violentos. Las profesoras Cristina Ortiz-Ceberio y Pilar Rodríguez hablan del cambio en la forma de representar la violencia, pasando de un enfoque inicial sobre los perpetradores a un creciente interés por las víctimas del conflicto armado y sus vivencias.

Al poner el foco literario en las víctimas, estos nuevos relatos se revelan como testimonios escritos del dolor y sufrimiento causado por la violencia política. Su objetivo es evocar empatía exponiendo “a quién duele, y cómo duele, e incluso, en el nivel más fundamental, que duele” (Appelbaum & Paknadel, 2008, p. 420). Al examinar la realidad de la política desde el prisma del dolor, la literatura hace visible la conexión intrínseca entre lo personal y lo social.

Asimismo, en el mismo encuentro, nuestra compañera Luisa Etxenike presenta «La sinceridad histórica/Historical Sincerity».